Objetivos, fuentes y metodología
⌅Los objetivos del trabajo son dos: por un lado, conocer en la medida de lo posible el número de miembros de las tres comunidades y, por otro, comprobar el número y la variedad de cargos monásticos presentes en estos cenobios.
Se ha decidido estudiar el período comprendido entre 1200 y 1400 en los tres monasterios, dejando fuera los siglos XII, por su escasez documental, y XV, por todo lo contrario. La pobreza documental de Santo Estevo de Ribas de Sil en el siglo XIII obliga también a excluirlo del estudio en este siglo.
Las fuentes principales para el trabajo son las obras de Emilio Duro Peña sobre San Pedro de Rocas (1972Duro Peña, Emilio, El monasterio de San Pedro de Rocas y su colección documental, Ourense, Instituto de Estudios Orensanos Padre Feijóo, 1972.) y Santo Estevo de Ribas de Sil (1977Duro Peña, Emilio, El monasterio de San Esteban de Ribas de Sil, Ourense, Instituto de Estudios Orensanos Padre Feijóo, 1977.), mientras que para San Salvador de Celanova se ha utilizado la colección diplomática publicada por María Beatriz Vaquero Díaz (2004Vaquero Díaz, María Beatriz, Colección diplomática do mosteiro de San Salvador de Celanova (ss. XIII-XV), Santiago de Compostela, Tórculo, 2004.). A mayores, y a causa de que Emilio Duro solamente ofrece el regesto, se añaden seis documentos custodiados en el Archivo Histórico Provincial de Ourense (AHPOu) que se editan en el apéndice.
Como para muchas otras cosas, la documentación conservada de estos monasterios no es la adecuada para este estudio ya que nos encontramos con donaciones, foros o ventas entre particulares, en las que los monjes aparecen como meros testigos; o, en el caso de foros que realiza el monasterio, son sus cargos más importantes –abad y prior– los que encabezan el documento. Es decir, estos diplomas no fueron hechos para estudiar la comunidad, sino que tienen mayoritariamente por objeto la administración de sus bienes y rentas.
A esto se suma la homonimia de los personajes, pues a estas alturas de la Edad Media se han uniformizado los antropónimos, predominando los procedentes de la tradición cristiana, como Pedro, Juan o Martín. De esta manera, sólo los apodos o indicaciones similares permiten distinguir claramente, por ejemplo, a Juan Pérez O Alto en Rocas o a Rodrigo Fernández de Allariz, en Celanova. Así pues, hay que decidir si un mismo nombre corresponde a una persona o a varias; un buen método sería comprobar los cargos que desempeñan: así, por ejemplo, en diciembre de 1312 Johan Anes, vestiario, y Johan Anes, cuzineiro, aparecen como testigos en el foro que hace San Pedro de Rocas de una heredad en Pioselo, suscribiendo de nuevo ambos el acuerdo de este monasterio con don Juan Pérez de Nóvoa en marzo de 13131
En contraposición, don Gonzalo Fernández aparece como testigo por primera vez en marzo de 1328, en el foro de la pousa de Nogueiroá, y por último en julio de 1347 en el foro que hace el monasterio a un monje del casar de Ver2
Por otra parte, en algunos casos no se expresa la condición de monje ni ningún oficio para ciertos individuos, aunque sí aparece como tal en documentos previos. Con lo cual, si hubo dicha mención; también los considero como monjes aunque no se especifique. Por ejemplo, el 26 de mayo de 12943
Los criterios usados para este tipo de análisis son subjetivos, y de un mismo documento se pueden extraer diferentes lecturas, pero en ningún caso creo que estas, aunque fuesen opuestas, sean erradas. En mi caso el vaciado de los individuos relacionados con las comunidades monásticas de Rocas, Santo Estevo y Celanova me ha ayudado a filtrar y seleccionar a los mismos. Recoger su nombre, fecha de aparición en el documento y oficio en una base de datos ha facilitado la tarea, sin embargo, se hizo necesario aplicar un criterio personal y subjetivo a la hora de interpretar los resultados.
Evolución de las comunidades en los siglos XIII y XIV
⌅Reseña histórica
⌅San Pedro de Rocas tiene una larga tradición que se remonta al año 573, fecha que exhibe lo que se considera su lápida fundacional. Abandonado tras la invasión musulmana en el siglo VIII, Rocas será restaurado tras su hallazgo «por Gemondo, en tiempos de Alfonso III»6
Recientemente, Pérez Rodríguez estima que Celanova, junto con San Xiao de Samos, serían de los primeros cenobios de Galicia que asumieron la regla de san Benito, en torno al año 109010
Algunos estudios, en particular los de Duro Peña, suelen señalar que Rocas fue siempre un priorato de Celanova. Sin embargo y de nuevo, Pérez Rodríguez opina que «los datos que [Duro] ofrece muestran claramente como Rocas tiene más que ver con el próximo Santo Estevo de Ribas de Sil que con Celanova»12
La incorporación de Rocas a la red prioral de Celanova habría tenido lugar entre 1175 y 118013
Las comunidades en el doscientos
⌅En el gráfico 1 se muestra la evolución del número de monjes documentados en Rocas y Celanova a lo largo del siglo XIII. Fuera del gráfico queda, por las razones comentadas, Santo Estevo de Ribas de Sil del que, sin embargo, podemos afirmar que contaba, como mínimo, con una comunidad de diecisiete monjes, documentados cuando el cenobio solicita al obispo de Ourense que los provea de abad en mayo de 128716
Por su parte, San Pedro de Rocas contaba con trece o catorce monjes documentados, siendo muy pocas las ocasiones en las que superó la quincena.
En cuanto a Celanova, matriz de San Pedro e indudablemente uno de los monasterios más ricos de Galicia, los datos que presenta el gráfico son de una comunidad documentada más pequeña que Rocas, superándolo con veinte monjes en 1230 y veinticuatro en 1234. Queda claro que la documentación de Celanova presenta un problema evidente a la hora de informar sobre su comunidad, porque es imposible que esta sea más pequeña que la de Rocas. Lo más acertado es pensar que, en los documentos conservados, los testigos que los firman o encabezan representan sólo una pequeña parte del convento celanovés.
Los datos anteriores pueden compararse con los de otros cenobios gallegos como San Clodio do Ribeiro, Santos Xusto y Pastor de Toxosoutos y Santa María de Oseira (gráfico 2). En San Clodio, Manuel Lucas y Pedro Lucas (1996Lucas Álvarez, Manuel, y Lucas Domínguez, Pedro, El monasterio de San Clodio do Ribeiro en la Edad Media: estudio y documentos, Sada, Ediciós do Castro, 1996 (Galicia medieval. Fontes, 1).) recogen el número de monjes por períodos de veinticinco años17
En cuanto a Toxosoutos19
Como balance, en el siglo XIII Oseira se muestra como una gran casa, muy superior a Toxosoutos y Rocas. Este último tendría más semejanza con Toxosoutos, y quizá San Clodio, que con la propia Oseira. Cabría pensar que Celanova tendría un tamaño similar a Oseira, pero todo esto sería una elucubración debido a problemas expuestos con la abadía de San Rosendo.
Teniendo en cuenta, como se ha comentado, que los datos sobre la comunidad de Celanova son menos fiables que los de Rocas, no considero errado afirmar que las dos casas siguen una misma tendencia, que sería un poco más temprana en el último. Ambos cenobios parecen llegar a los máximos entre los años veinte y treinta del siglo de forma consecutiva: en Rocas entre 1228 y 1229, y Celanova entre 1229 y 1230. Luego Celanova alcanza otro máximo entre 1233 y 1234, al mismo tiempo que Rocas experimenta un nuevo crecimiento en esos años.
Por otro lado, recordemos que Oseira y Toxosoutos habían alcanzado picos máximos por la misma época: Toxosoutos en 1220-1221, poco más de un lustro antes que Rocas, y Oseira se disparaba a partir de 1222, llegando a cuarenta monjes en 1225. A partir de entonces, Rocas se mantendría con ligeros vaivenes entre 1235 y 1260: ligera caída entre 1248 y 1250 y recuperación entre 1256 y 1260, para sumirse en una crisis de la que no saldrá hasta la década de los ochenta, mientras que Celanova, que parece más estable que su filial, este descenso se iniciaría en 1272. En su evolución, Rocas discurre de forma similar a Toxosoutos, aunque algo más temprano en este, en el que se documenta una recuperación en 1229-1230 y otra en 1241-1244 entre las que hay un período de cierta crisis, continuando con una caída progresiva y empeorando a partir de 1260. Poco tiene que ver Rocas con Oseira, aunque quizá la semejanza estaría en la crisis que sufre el primero a partir de 1260 y que se había iniciado en el segundo en 1255. Este período crítico durará más en la casa cisterciense que en San Pedro, que incrementa sus cifras a partir de 1280 –Celanova lo hace diez años despúes, en 1290–, mientras que el número de monjes blancos de Oseira no se estabiliza hasta 1298.
Las comunidades en el trescientos
⌅La primera mitad del siglo XIV se inicia en Rocas con un máximo de siete monjes y hasta 1325 se moverá entre esa cifra y los once. Frente a él, la comunidad de Celanova sigue estando muy infravalorada, pues sólo se sabe de tres monjes hasta 1317, cuando llega a la media docena, al igual que en 1325. Por su parte, Santo Estevo de Ribas de Sil comienza el siglo con al menos diez monjes para, a partir de entonces, oscilar entre los once y los siete. Tanto Rocas como Ribas de Sil alcanzan sus máximos en los años treinta: el primero, dieciséis en 1329 y entre 1332-1335, y el segundo los mismos, pero en 1336. En Celanova llegamos a conocer hasta el nombre de trece monjes en 1338 –su máximo hasta el momento–, número que no va a mantenerse.
Fijándonos en otros monasterios gallegos (gráfico 4) –y sustituyendo a Toxosoutos por Santa Comba de Naves, la otra gran filial de Celanova–, en San Clodio se conocen hasta quince monjes en el primer cuarto del XIV –su máximo histórico–, mientras que Naves tiene los mejores datos del siglo en los años treinta. Es en esta década –y al igual que Rocas– cuando la comunidad de Oseira vive una de sus mejores épocas, aunque en esta casa el número máximo de monjes conocidos se alcanza en 1307.
En cuanto a la segunda mitad tendríamos dos grupos; en primer lugar, las casas de modesto tamaño (Rocas, Ribas de Sil y Naves) alcanzan sus máximos en los años 1350: el primero en 1351 con nueve monjes, el segundo en 1350 con diez, y el tercero en 1358-1359 con cinco. A partir de 1360, la situación en los tres cenobios empeoró, llegando Rocas y Naves casi a la inexistencia, mientras que Ribas de Sil intentó recuperarse (continuando con mucha dificultad) en 1388.
En segundo lugar, las grandes abadías: Oseira y Celanova. A partir de 1350 ambas casas parecen iniciar una época de cierta crisis (digo cierta porque no se asemeja a los cenobios anteriores), ya que Celanova sufre un estancamiento que no superará hasta 1361, y Oseira en 1355 y 1367 sufre caídas en su número de monjes. Sin embargo, es en esta época cuando ambos alcanzan los máximos del siglo: Celanova llega a treinta monjes en 1268 y Oseira a dieciséis en 1391 (asemejándose en ese año a Celanova, el cual cuenta con dieciocho individuos).
Lo que se extrae del gráfico 3 es que el Rocas continuará con una tendencia de crecimiento y estabilidad similar a la del siglo XIII pero con algo menos de fuerza. Los años en los que la comunidad aumenta responden a crecimientos con mucha menor fuerza que en el doscientos y, si quisiéramos señalar alguna década de esplendor en el trescientos sería la que va de 1324 a 1335, que es cuando la comunidad de San Pedro alcanza el mayor número de monjes conocidos. A partir de entonces se inicia un período de crisis que provoca que en ciertos momentos, sobre todo en las dos últimas décadas del siglo, la comunidad de Rocas se reduzca únicamente al prior y a un monje. Sin embargo, considero oportuno destacar que, frente al crecimiento del siglo XIII, la caída del XIV no es tan abrupta, es decir, sería una tendencia progresiva, sin saltos excesivamente bruscos. De todas maneras, hay que destacar la crisis marcada por los años de la Peste Negra, tras cuyo paso el monasterio no volverá a recuperar el número de monjes que tenía antes.
En cuanto a Ribas de Sil, sigue sus mismos pasos que Rocas, aunque los acontecimientos son más tempranos en este último; y Celanova continuaría con la misma problemática que el siglo anterior y no supera a ninguna de las dos casas hasta 1332 y de nuevo en 1338. A partir de 1360 la situación es diferente para las tres casas. Ya comenté como Ribas de Sil y Rocas alcanzaban sus máximos en los años cincuenta, y Celanova lo hacía en la siguiente. Este hecho muestra indudablemente un cambio de tendencia: en primer lugar, ahora sí que la documentación aporta un número considerable de monjes en Celanova frente a lo que sucedió en el XIII y en la primera mitad del XIV; en segundo lugar, la abadía de San Rosendo superó mucho mejor la crisis que sus prioratos, pues mientras logra un crecimiento explosivo a partir de 1360, Rocas y Naves se hunden.
En cuanto a San Clodio, se produce una caída en el período 1325-1350, probablemente a causa de la peste. Este cenobio no sorteará la crisis tan bien como Oseira pero tampoco se hundirá como Rocas y Naves ya que en 1350-1235 vuelve a crecer. Sin embargo, San Clodio también vivirá una mala época de 1375 a 1400, al igual que pasó entre 1373-1376 y 1383-1386 en Oseira, y a partir de 1371 (sobre todo a partir de la segunda mitad de los setenta).
En conclusión, y como balance del siglo, parece que en las grandes abadías –Oseira, Celanova– y en San Clodio «la peste del 1348 no parece haber tenido especial trascendencia en el número total de monjes o monjas; si la epidemia causó bajas en los conventos, éstos parecen haberse recuperado rápidamente»21
Organización interna de los monasterios
⌅Personal y oficios
⌅En palabras de Carlos Reglero, en los monasterios benedictinos, las «propiedades y rentas del monasterio […] eran administradas por sendos monjes del monasterio, los obedienciales u oficiales, bajo la supervisión del abad o prior»22
«la función fundamental del abad en las reglas monásticas era ejercer como pastor de almas, como guía espiritual de los monjes; [y así], del mismo modo que el prior de la abadía regía la vida de los monjes bajo la supervisión del abad, el prior de un priorato lo hacía en su monasterio»25
En el cuadro 1 se recogen, por períodos de veinte años, los oficios monásticos documentados en los monasterios que se estudian durante los siglos XIII y XIV. Obsérvese, de nuevo, la escasa información que recogen los diplomas de Ribas de Sil sobre su propia comunidad, pues apenas se limitan a constatar la existencia de abad, prior y suprior.
Queda claro que estos tres cargos son los que más aparecen en la documentación de las tres casas. Esta mayor presencia se debe a que suelen ser ellos –particularmente el abad y el prior– quienes encabezan y suscriben los documentos que emanan del monasterio, siendo el resto meros testigos de la acción documental, que no siempre se incluyen.
Al ser Rocas un priorato dependiente de Celanova cabría pensar que la casa matriz tendría una gran influencia en la filial, sin embargo no parece suceder tal cosa en ciertos oficios. El primer caso es la aparición del prepósito en la abadía celanovesa (1230, 1246, 1272 y 1332), cargo que en Rocas nunca existió con esa denominación. Algunos estudios han ligado el oficio del prepósito –que tiene orígenes altomedievales– con el del prior, sin embargo, José Miguel Andrade le atribuye «todas las tareas correspondientes al gobierno temporal del monasterio, señalando […] como suya la obligación de atender las necesidades de vestido y alimento[…]»26
Otra diferencia es que se documenta el chantre (quien se encargaba de «la organización del coro monástico y el mantenimiento del orden en él»28
El cargo de cillerero, como vimos, de gran importancia dentro de los monasterios, desaparece a partir del período 1220-1239 y nunca más, ni en lo que queda de siglo XIII ni en el XIV, vuelve a aparecer en San Pedro. A diferencia de este, otros oficios de Rocas también sucumbieron en el siglo XIII, como los sacristanes, cuya última mención es en 1280-1299. Estas dos desapariciones mostrarían como Rocas deja atrás su siglo XIII de esplendor.
Celanova muestra la mayor complejidad de sus oficios en el último cuarto del siglo XIII y primeras décadas del XIV; teniendo en cuenta que es en la década de 1230 cuando se documenta el mayor número de monjes del siglo, cabe suponer que por entonces, y aún antes, en el XII, este monasterio tendría ya un cuadro de oficios similar al que se observa a partir de 1260. Resulta sorprendente que la hospedería y la enfermería celanovesas desaparezcan antes de la crisis de 1348, pues sabemos de su último hospedero en 1317 y de su enfermero en 1338. Más fácil es explicar la desaparición de la enfermería de Rocas, pues el último monje que conocemos ocupó tal cargo, fray Juan Eanes, lo hizo en 1347, esto es, el cargo desaparece tras el paso de la Peste Negra.
El cargo de abad es vitalicio en Ribas de Sil y Celanova29
Probablemente, algunos abades de Celanova y Santo Estevo, y priores de Rocas, estuvieron presentes en sus comunidades como monjes antes de ocupar dichos cargos. En este sentido, señalo en Celanova a don Álvaro González, quien aparece el 16 de junio de 134731
Como superior de su comunidad, el prior de San Pedro de Rocas es cargo vitalicio que, como casa filial de Celanova, probablemente debía ser confirmado por su abad, que era asimismo el de San Pedro. Duro Peña indica que solo un prior «aparece salido de entre los monjes del convento de Rocas: todos los demás venían de fuera, enviados sin duda por Celanova»35
Cabeza de la comunidad y segundo en importancia en el cenobio, el prior –suprior en Rocas–, a diferencia del abad –prior en Rocas–, no es cargo vitalicio, como se comprueba tanto en Santo Estevo como en Celanova: en el primero Pedro Centeno se titula prior el 9 de mayo de 131937
En cuanto al suprior41
El resto de oficiales de los tres cenobios aparecen ligados a una tarea concreta, si bien no aparecen con la misma frecuencia que abades o priores. El cillerero, encargado de la despensa, aparece solamente en Rocas en las primeras décadas del XIII y parece haber sido vitalicio: lo fue don Juan Fernández entre el 15 de julio de 1211 y el 8 de febrero de 121745
En cuanto a los enfermeros, los monjes encargados del cuidado del resto de individuos de la comunidad47
En lo que concierne a los vestiarios, quienes «estaban al frente del ropero y surtían de ropa y calzado a los monjes»51
Poco hay que decir sobre los cocineros. Quizá el aspecto más llamativo es que en Rocas su primera mención no se hace hasta los años ochenta del siglo XIII, cuando ejerce el oficio don Francisco Pérez. Sus apariciones son bastante anecdóticas en el siglo XIV y la última mención es el 16 de julio de 1347 con Pedro Anes cozinero60
Sin documentar en la matriz de Celanova, la sacristanía aparece en San Pedro de Rocas, donde conocemos solamente a cuatro monjes que lo fueron: don Munio Muñiz, don Gonzalo Martínez, don Rodrigo Fernández y don Pedro Fernández63
Frente a la sacristanía, la tesorería está documentada tanto en la matriz de Celanova como en su filial de Rocas y tanto en el siglo XIII como en el XIV.
Procedencia geográfica de los monjes
⌅Tanto en la documentación de Rocas como en la de Celanova, se incluyen individuos que cuentan con un apellido que coincide con el de poblaciones cercanas a los dos cenobios. Téngase en cuenta que este análisis se hizo en un universo muy reducido de apellidos frente al número total de monjes estudiados, ya que, como se verá posteriormente, no llegan a la decena en ningún monasterio (8 en San Pedro y 6 en Celanova). A través del Nomenclátor se han localizado las poblaciones que se mencionan en la documentación de Rocas en los actuales ayuntamientos de Ourense, O Pereiro de Aguiar y Nogueira de Ramuín, y de Celanova en los municipios de A Bola, Allariz, Cartelle, Celanova y Verea). Por otro lado, el apellido de algunos monjes coincide con el nombre de más de dos localidades que están en el mismo ayuntamiento o están repartidas por varios; en estos casos he optado por no cartografiarlos en los mapas siguientes.
En el mapa 2 podemos ver la ubicación de los lugares de los que pueden proceder los monjes: Fernando Loña provendría del lugar de Loña do Monte (fg.ª de San Salvador de Loña do Monte, ayt.º de Nogueira de Ramuín), Juan de Souto y Juan Pérez de Souto del de Souto (fg.ª de San Salvador de Loña do Monte), Juan Eanes de Boeiros del de Boeiros (fg.ª de Santa Marta de Moreiras, ayt.º de O Pereiro de Aguiar) y Pedro Eanes de Velle del de Velle (fg.ª de Santa Marta de Velle, ayt.º de Ourense). Como apunté antes, existen varios cuya antroponimia no está tan clara ya que son varias las poblaciones que cuentan con dicho nombre, y por eso no se representan65
Siguiendo el mismo proceso que en Rocas, he hecho lo mismo para Celanova (mapa 3). En este caso las poblaciones que coinciden con la homonimia se encuentran en los actuales términos municipales de Celanova y Allariz. No se representan aquellas poblaciones en las que haya dudas, aunque sí incluyo a modo de ejemplo los lugares de Portela y A Portela (en los ayuntamientos de Verea y Allariz) para mostrar la problemática que pueden presentar.
Tenemos a Domingo Pérez de Celanova (Celanova, fg.ª de San Rosendo de Celanova), Juan Fernández de Orga (lugar de Orga, fg.ª de San Miguel de Orga, ayt.º de Celanova) y a Rodrigo Fernández y Juan Lorenzo de Allariz (Allariz, fg.ª de Santiago de Allariz). Aquellos que presentan más problemas por las coincidencias no se representan66
Conclusiones
⌅Teniendo en cuenta las limitaciones y problemas de la documentación, San Pedro de Rocas se erige como un monasterio de pequeño tamaño a nivel gallego pero de importante riqueza dentro de la red prioral celanovesa, mientras que San Salvador de Celanova aparece como una de las casas grandes de Galicia, quedándose Ribas de Sil como monasterio de magnitud intermedia. En este sentido, las comunidades de los tres cenobios evolucionaron de forma diferente, porque mientras Rocas se aproximará a la mínima expresión en el siglo XV, Celanova mantiene su nivel como una de las grandes casas gallegas.
En el siglo XIII, las diferencias entre Rocas y Celanova no son tan claras, ya que ambos monasterios cuentan con comunidades muy parecidas, tanto en número de individuos como en los oficios de los mismos. Grosso modo, ambos cenobios se movieron entre cinco y quince miembros, aunque la abadía de San Rosendo superó la veintena en 1234, lo que daría que pensar en que la comunidad es más grande que la que está documentada; Además, salvo ciertas excepciones como el sacristán y el hospedero, ambas casas cuentan con los mismos oficios y, algunos de ellos, muy bien documentados. Frente a ellos tenemos a Ribas de Sil que, tal vez por la falta de información, no muestra esa cantidad de cargos ni tampoco una comunidad muy grande, puesto que sólo se suele mencionar al abad o prior. Esta situación continuará a inicios del siglo XIV, donde Celanova y Santo Estevo apenas superarían la decena, pero a partir de la segunda mitad Celanova estará muy por delante de los otros monasterios al contar con una gran comunidad y cargos que en Rocas y Ribas de Sil no hubo en ese período, asemejándose a grandes abadías como Oseira; también Santo Estevo muestra una comunidad más contundente, pero que no superará a Rocas hasta finales de la década de 1340 ni tampoco muestra la misma cantidad de oficios que Rocas y Celanova.
Téngase en cuenta que estas colecciones no son las adecuadas para estudiar las comunidades ya que, como indiqué en el párrafo anterior, probablemente Santo Estevo y Celanova muestren sólo una parte de los monjes que componen las diferentes casas, y se oculte una gran parte de las mismas.
Estos hechos mostrarían que las diferencias que actualmente se ven en los tres monasterios no fueron tales en la Edad Media. A consecuencia de la Reforma Observante, el monasterio de Rocas desapareció como tal y fue anexionado a Celanova, mientras que Santo Estevo sufrió una profunda renovación, se le unieron los monasterios de San Vicenzo de Pombeiro y Santa Cristina de Ribas de Sil y se conformó como colegio. Además, aunque la documentación no lo indique, es probable que Santo Estevo pareció ser más grande que Rocas, ya que las iglesias monásticas de ambos constatan tal hecho.
Por otro lado, y aunque con escasos datos, tanto en Celanova como en Rocas muy probablemente los monjes procederían de la misma comarca en la que se ubica el monasterio.